Una vez que todo está listo, a principios de febrero, repartimos los trabajos y las plantas que cada grupo se va a encargar de sembrar, hacemos carteles para saber qué nacerá en cada semillero.
Manos a la obra:
Es el momento de ensuciarse las manos, regar, tocar semillas y sentir de cerca la huerta.
Y lo más emocionante, ver nacer y crecer las primeras plantas:
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